El ágora de 13 Rue de l'Ancienne Comédie:

El ágora de 13 Rue de l'Ancienne Comédie: Viendo la vida pasar
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martes, 31 de agosto de 2010

Hablando de París (11): La Torre Eiffel, 2ª parte. Speaking of Paris: The Eiffel Tower, 2nd part.

No, no me canso de ver París desde las alturas, desde el mirador magnífico de la Torre Eiffel.
No importa que acá, en todo lo alto, los rigores de la intemperie acobarden.
Ganas de marcharse no hay, así que tienen que tirar de mí. Venga vamos...me dicen. Ya voy...contesto. Y remoloneo en un afán de fijar en la retina, a vista de pájaro, los lugares que reconozco, entre calles bien alineadas y la albura de los edificios, de esta ciudad que me cautiva.

Entiendo el entusiasmo de los humanos, que siempre pretendieron elevarse como los pájaros, como las águilas, para contemplar tierras, ciudades, campos, desde lo alto. Es una sensación, un placer, que nos acerca a lo divino. Dejar, un tanto, de lado nuestras limitaciones de animales terrestres, apegados al terruño, para ser algo distinto, para estar por encima de muchas cosas.
Perspectiva, horizonte, conjunto, se contraponen así a miopía, a cortas miras, a ver el árbol y no el bosque...

Con esta capacidad de contemplar y de divagar no es extraño que mis acompañantes se desesperen por mi tardanza, pero quiero saturarme de París desde Eiffel, como si quisiera incorporar a mi ser las imágenes que me saltan a la vista, y tenerlas siempre a un click de la mente cuando esté lejos.

Mirando hacia donde está el sol, recalo en el Sena, sus puentes, sus "quais"...



Camino por el corredor, hacia la derecha, hacia el norte, y las geometrías de los jardines de El Trocadero acuden hasta mis ojos.
El Trocadero, nombre genuinamente español. Un nombre más en conmemoración de guerra, batalla o conquista de tropas belicosas. En este caso, la toma del fuerte de Cádiz, llamado El Trocadero, por los franceses en 1823. Por la fecha, supongo que fueron aquellos 100 000 hijos de S. Luis que ayudaron a Fernando VII a encadenar a los españoles.



Contemplando los jardines llama la atención un pequeño triángulo a la izquierda de la entrada principal. Es un recoleto cementerio, uno de los catorce con los que cuenta París. El cementerio de Passy, ¡no se quejarán sus inquilinos de las vistas!, la Torre Eiffel delante.


Quizá las ánimas de Debussy, de Édouard Manet y de Fernandel se reúnan en la noche para disfrutar en comandita de los juegos luminosos de la Torre.

Contraste. Sobresaliendo del mar de edificios que reflejan con su claridad el sol de la mañana, los rascacielos de La Défense, tras el Bois de Boulonge.

De allí, pasando por el Arco de Triunfo, Campo de Marte. Oportuna advocación la del dios Marte para esta explanada que fue cultivo de hortalizas. Fusilamientos, matanzas, ejecuciones, pronunciamientos, desfiles...Los tiempos actuales son algo más relajados, el Campo de Marte es lugar de encuentros, exposiciones y conciertos.

Con un leve movimiento de los ojos capto los reflejos dorados de la cúpula de Los Inválidos, conjunto arquitectónico del siglo XVII.
Ante tanto veterano machacado por las múltiples guerras, a Luis XIV se le ocurrió crear unas instalaciones para dar cobijo a lisiados veteranos de los ejércitos. Seguramente, a esos inválidos les pareció el monarca un sol de rey.
Que se sepa, Napoleón no murió inválido ni lisiado, pero veterano era, y ahí están sus restos, acompañados de familiares, como José I de España, y otros mariscales.


Vuelvo a tener a la derecha al Sena. El círculo se ha completado. No se cuánto tiempo ha pasado, pero el sol está bastante más alto. Las sombras cambian la fisonomía de horizonte y edificios. Ahora se verán de otra manera...vuelta a empezar.

No, no me canso de ver París desde las alturas...