El ágora de 13 Rue de l'Ancienne Comédie:

El ágora de 13 Rue de l'Ancienne Comédie: Viendo la vida pasar
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domingo, 28 de febrero de 2010

Las hojas muertas (Les feuilles mortes). Dead leaves.

Siempre asocié la madurez al otoño. Hoy escuché la canción "Las hojas muertas" y me llené de melancolía...




La música de "Les feuilles mortes" es de Joseph Kosma y la letra J. Prévert, pertenece a la película Autum Leaves.

Esta es la letra en español.
¿Por qué pretendes querer olvidarNuestros momentos de felicidad?Cuando supimos unidos vivirY toda dicha y dolor compartir.Las hojas muertas de vivo colorSon nuestros recuerdos de amor;Las hojas muertas se pueden guardarPara tenderse en su nido a soñar.Mas, si no se guardan a tiempo,Juguetes del viento serán;Con ansia las cojo del sueloPorque yo no quiero olvidar.(Parte B):Con mi canción, tú bien recuerdasCómo te amé, cuánto te dí...Con mi canción, las hojas muertasRevivirán, tal vez, al fín.(Parte A)Pero el viento, cruel, amenazaPara arrancar por siempre más,La esperanza que, con fe, me abrazaY nunca se puede dejar.Transcripción realizada por la Tuna de Ingenieros de Telecomunicación

jueves, 25 de febrero de 2010

El Imperio Romano, de Isaac Asimov. The Roman Impire.

Tras leer el libro "Hypatia" se suscitó mi interés por conocer más sobre la época, en particular sobre el papel de los romanos en el mundo en aquellos momentos, eran la autoridad en Alejandría. Me dieron ganas de conocer más sobre el Imperio Romano. En una exposición sobre Roma compré un pequeño libro de Asimov que todavía no había leído, así que esta era una buena ocasión para hacerlo. En realidad el libro es un tomo de la Historia Universal de ese autor, Asimov, precisamente el tomo El Imperio Romano, editado como libro de bolsillo de Historia de Alianza Editorial.

Asimov, en 268 páginas realiza un recorrido esencial por la Historia del Imperio Romano, justo desde el Principado de Octavio. Ameno, de tan agradable lectura que cuesta trabajo dejarlo y se podría leer de un tirón. Los comentarios del autor al narrar los hechos son finos, a veces irónicos. A propósito huye de anécdotas, dejadas en la historia por las malas lenguas, como si Asimov, después de tantos siglos, se preocupase de la privacidad del ámbito particular de los protagonistas de la Historia. En cada uno de los momentos también nos habla de los movimientos culturales que fueron acompañando el devenir de Roma y del mundo conocido hasta entonces.

Me resulta llamativo el papel que jugaron en el ejército romano, en los últimos siglos del Imperio, los soldados no romanos, los extranjeros del centro de Europa. Estos extranjeros, "paganos" con sus dioses y creencias tan distintos a las de los romanos. Esta circunstancias me mueven a realizar algunas reflexiones...

Corrientes conservadoras en Europa admiran y envidian la relativa uniformidad y unión que muestran los países islámicos debido a su fe. Algunos europeos quieren contraponer una Europa también unida, no sólamente por ideales democráticos sino por la religión, como garantía de respuesta ante usos y costumbres "extranjeros". Para ello apelan al origen cristiano de Europa. ¿Pero el origen de Europa es cristiano?. El origen de Europa está en Grecia, en Roma, en las hordas de "paganos" que llenaron Europa del centro hacia arriba, al Este y al Oeste. El cristianismo es una derivación de la religión judía. Los nazarenos, aún siendo minoritarios, consiguieron los favores del poder para convertirse en religión oficial que cohesionara el Imperio, limitando, con frecuencia, por la fuerza, la práctica de cualquier otra creencia. La unidad de Europa no se debe basar en circunstancias de tipo religioso.

jueves, 18 de febrero de 2010

Hablando de París (II): Cementerio de Montmartre. Dalida. Speaking of Paris: Montmartre Cemetery.

Paseando por París no tiene nada de particular que uno se cuele en uno de los céntricos cementerios, como si entrase en un parque más para disfrutar de paz y sosiego, dar una caminata o sentarse a leer en un banco. Para un habitante de Madrid esta situación no deja de chocar un poco porque aquí los cementerios no son céntricos y quedaría un tanto raro llenar el ocio en un camposanto, la mayoría sin ningún tipo de atractivo. Pero París, en eso, también es distinta.

Hileras de panteones individuales nos reciben en el cementerio de Montmartre y nos hacemos cábalas sobre la disposición del inquilino, tumbado apenas cabe, ¿de pie?

Entre sepulturas añosas llenas de musgo también hay vida. Un gato ha instalado allí su cuartel general, mantendrá a raya a los roedores y hará fiel compañía a los restos del legítimo dueño de la tumba.

Resulta muy entretenido curiosear por las tumbas, los mausoleos, los panteones; intentar descubrir nombres famosos, detalles pintorescos, extravagancias mortuorias, incluso algún efecto que hace sonreir.



Uno de las más espectaculares catafalcos, con abundancia de flores frescas, es aquel en el que reposan los restos de Dalida, Iolanda Christina Gigliotti, de ascendencia italiana (Choubrah, El Cairo 1933-París 1987). Aquí está enterrada, en el barrio donde vivió y murió, Montmartre. Una sobredosis de somníferos terminó con la cantante que fue elegida Miss Egipto en 1954, recibió un "Disco de Diamante" en 1981 y era adorada en Francia. Ciao amore ciao, Gigi l'amoroso, Paroles, grandes éxitos de Dalida resuenan en nuestros oídos.



Cuidados cementerios los de París, con interés para el viajero. Importante la labor de los enterradores (fosooyeurs), preocupados por una adecuada valoración de su trabajo, recuerdan el servicio que ofrecen a las familias.


Termino con Dalida cantando Bambino y la letra de la canción.



Bambino, Bambino ne pleure pas, Bambino

Les yeux battus la mine triste
et les joues blêmes
Tu ne dors plus
Tu n'es plus que l'ombre de toi-même
Seul dans la rue tu rôdes comme une âme en peine
Et tous les soirs sous sa fenêtre
on peut te voir

Je sais bien que tu l'adores
Et qu'elle a de jolies yeux
Mais tu es trop jeune encore
Pour jouer les amoureux

Et gratte, gratte sur ta mandoline
mon petit Bambino
Ta musique est plus jolie
que tout le ciel de l'Italie
Et canta, canta de ta voix câline
mon petit Bambino
Tu peux chanter tant que tu veux
Elle ne te prend pas au sérieux
Avec tes cheveux si blonds
Tu as l'air d'un chérubin
Va plutôt jouer au ballon
Comme font tous les gamins

Tu peux fumer comme un Monsieur des cigarettes
Te déhancher sur le trottoir quand tu la guettes
Tu peux pencher sur ton oreille, ta casquette
Ce n'est pas ça, qui dans son coeur, te vieillira
L'amour et la jalousie ne sont pas des jeux d'enfant
Et tu as toute la vie pour souffrir comme les grands

Et gratte, gratte sur ta mandoline mon petit Bambino
Ta musique est plus jolie
que tout le ciel de l'Italie
Et canta, canta de ta voix câline
mon petit Bambino
Tu peux chanter tant que tu veux
Elle ne te prend pas au sérieux

Si tu as trop de tourments
ne les garde pas pour toi
Va le dire à ta maman
les mamans c'est fait pour ça

viernes, 12 de febrero de 2010

Hypatia, de Pedro Gálvez

Buscando un regalo para Reyes recalé en la librería de unos grandes almacenes y enseguida se me fueron los ojos a los libros dedicados a Hypatia, matemática en la Alejandría (Egipto) del siglo IV d.c. Aprovechando el tirón de la película de Amenábar,   Ágora, en la que nos muestra como pudo ser la vida y muerte de la hija de Teón, han surgido diversas obras sobre el tema.
Leí las introducciones de, al menos, tres libros. De alguna forma, todos coinciden en que  no hay muchos datos de Hypatia, por lo tanto los autores tienen que echar mucha imaginación para tramar una historia razonable. Dos de las obras que examiné eran dos novelones de cuidado.
Pero había uno bastante menos “tocho” que miré por encima y me gustó. Se trata de HYPATIA, de Pedro Gálvez, editado por DEBOLSILLO, en 2009.
¡Todo un acierto la elección! El libro me ha entusiasmado. En realidad, no solamente nos habla de Hypatia; es un ameno recorrido, a base de pinceladas, por Alejandría desde el año 284 a.c., hasta el 415 d.c.
Gálvez narra con maestría, entre la novela y la investigación científica, el origen heleno de los alejandrinos y su consiguiente estilo de vida y las diferentes vicisitudes que sufrieron en las distintas etapas del Imperio Romano hasta la muerte de Hypatia.


Al ser aquella mujer la protagonista de la obra, el autor se centra en las circunstancias sociales y religiosas que rodearon la muerte de la matemática. Se percibe con claridad, a través del tiempo, la evolución de la tolerancia, o mejor de la intolerancia, que terminó con el helenismo a manos de los cristianos. El encuentro, en Alejandría, de judíos, helenos y cristianos terminó en imposición violenta, en eliminación y subyugación. Se nos narra también con rotundidad la actuación del patriarca Cirilo, no solamente con los considerados paganos, también con las diferentes sectas o corrientes del cristianismo. Estas fueron eliminadas con la actuación de verdaderos grupos de presión, bandas armadas en nombre de la Cruz, al margen de la autoridad romana. Estos “incontrolados” me evocan otros grupos armados que imponían sus actitudes totalitarias en el siglo pasado. Se quiera o no, también estos hechos son parte del origen del cristianismo actual.
Lo mismo que vencieron unos pudieron vencer otros, con lo que el mundo posterior, quizá de haber sobrevivido el helenismo, habría sido muy diferente. No se debe olvidar que, como otras creencias, la pervivencia de una forma de cristianismo se basó en la coacción y en la imposición forzosa.


Interesantísimo el capítulo X, el último, dando una visión del legado de Hypatia, con referencias a otras opiniones en controversia con las del autor. Termina la obra con abundante bibliografía.


La persona a la que le regalé el libro disfrutó mucho con él. ¡Da gusto acertar!

Incluyo entrevista con Amenábar sobre Ágora



lunes, 8 de febrero de 2010

Hablando de París ( I) : Montmartre, Sagrado Corazón (Sacré-Coeur), atardecer en París. Speaking of Paris: Sunset in Paris.


Desde el cementerio de Montmartre, otro día contaré cosas sobre él, buscamos la subida hacia el montecillo del Sagrado Corazón, Sacré-Coeur. Esa ruta que tomamos para llegar a las inmediaciones de la Basílica no es la que los visitantes de París suelen utilizar y estaba algo descuidada: callejas con basura y rincones utilizados como urinarios. Así que deprisa, deprisa, subimos por una escalinata que dio a parar a la calle más vistosa de la parte alta de Montmartre y a la Place du Tertre, que dejo para otra ocasión. Nos sorprendió la multitud que abarrotaba las calles estrechas. Un poco agobiados por la gente preguntamos por la entrada de la basílica a uno de los gendarmes que charlaban tranquilamente, ajenos a su alrededor, quizá acostumbrados a ver pasar, de manera incesante manadas de turistas. Sin mucha gana nos dijo, "a la vuelta", en francés, claro.

Allí estaba, impresionante edificio. Y no menos impresionante la vista que hay allí de París, ya que la ciudad es bastante plana y Montmartre se eleva sobre ella como atalaya. En fila se iba pasando a la basílica. En París es frecuente llevar la cabeza cubierta con sombrero, gorro de lana, etc., y algunos despistados no se descubrían al entrar en la basílica así que un par de eficientes vigilantes impelían a los caballeros a descrubrirse la cabeza. A las mujeres no les decían nada, así que alguna de ellas considerando la situación como discriminatoria también se descubrían. O todos o ninguno. No estuvimos dentro mucho tiempo, la cantidad de personal no hacía cómoda la visita así que optamos por salir.

Fuera, en la escalinata, ante un murete, la gente iba tomando posiciones, montones de japoneses preparando sus cámaras. ¿Qué pasa? Muy sencillo. ¡Puesta de sol en París! ¡Justo detrás de la torre Eiffel! Difícil encontrar un lugar en el muro. Debajo, unos jardincillos, subido en el banco puede ser un buen sitio, me dije. Mientras, el sol sigue su recorrido, hay que esperar...se acerca el momento. Pero cuando todo estaba preparado, el sol, la cámara, la luz, un empleado de "le mairie" (ayuntamiento) nos instaba a abandonar el lugar, ¡el jardín se cierra a las cinco! Eran en punto y el agente no consintió en esperar a que el sol se despidiera. ¡Maldita puntualidad! Deprisa, si queríamos coger la puesta de sol en otro lugar. Esos días no era frecuente tener el horizonte totalmente despejado y además no sería cuestión de volver al Sagrado Corazón sólo por eso. Con algún empujoncito a cierto oriental logré un sitio fuera de los jardines para la foto. Inolvidable atardecer.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Perdidos en la isla de "El Señor de las Moscas"( "Lord of the flies"). Lost on de island.

Un avión cae en una isla. Los supervivientes se las tienen que ingeniar para sobrevivir aprovechando lo que la isla les ofrece. Aparecen jerarquías, rivalidades, buenos y malos. Hay un cadáver de paracaidista que asusta a los robinsones . Existen unos y otros. Una de sus principales misiones es mantener el fuego que les permitirá ser vistos y rescatados. Los jabalíes son alimento perseguido. Uno de los principales protagonistas se llama Jack y un importante seguidor suyo es un muchacho obeso... ¿Se trata de la serie Perdidos? Sí, pero también situaciones de la novela El Señor de las Moscas de William Golding. Este autor británico, que recibió el premio Nobel de Literatura en 1983, vio publicada esta novela en 1954.

Es fácil deducir tras leer esta obra que, en el origen de la serie televisiva, la novela de Golding inspiró los primeros pasos de Perdidos.

El Señor de las Moscas es dura, cruel, la fuerza contra la razón. Poco a poco se adentra en lo peor del ser humano. Se podría decir que es pesimista. Sin embargo, parece que el autor no se atreviera a dejar, finalmente, un mensaje de amargura en el que venciese el mal. La situación última queda en suspenso, interpelando al lector sobre lo que debería suceder a continuación. Un grupo de humanos, aunque niños, sin una conciencia superior, sin una fuerza represora, con normas imbuidas que ya no sirven se precipitan en la injusticia y en la ley del más fuerte. Tendrán que venir de fuera a poner orden.

Hasta el momento de la presencia de un ser superior el líder violento se impone en la sociedad de los habitantes de la isla. No sirvieron ni el intento de democracia ni la inteligencia. Vence el miedo, la conducta de la jauría, la injusticia y el odio. Los protagonistas son niños, ¿habría sido distinto si los supervivientes hubieran sido adultos? Probablemente no, pero los hechos se habrían visto más naturales. Lo que más incomoda es que son niños los que odian, hieren, matan y se dejan llevar por líderes visionarios. Ya en los niños está el germen de la guerra, del enfrentamiento y de la venganza. En el fondo, late la sensación de que al ser humano no se le puede dejar sólo, que terminará haciendo daño, que necesita un ser superior, como los adultos para los protagonistas de la novela, que digan lo que hay que hacer y mantener el orden. Pero los adultos se comportan igual, la historia de la humanidad así lo dice. ¿Será que también estamos sólos en la isla?


La obra respira simbolismo por todas partes y hace fácil ponerse en el lugar del autor para interpretar sus intenciones. ¿Quién sabe lo que el autor quiso contar realmente?  Cada lector pasará por el filtro de su mente lo que en El Señor de las Moscas se narra. Las vivencias surgidas al asomarse a las letras de cualquier historia, real o de ficción, son intransferibles y no hay por qué condicionarlas. La edición que he leído es de 1983 de Alianza Editorial para el Círculo de Lectores. La presentación está escrita por Tomás Salvador. Este prólogo es excelente para conocerlo todo sobre la novela y sobre su autor pero se comete el exceso de interpretar de forma prolija los mensajes pretendidos por Golding.

En 1963 Peter Brook llevó la novela al cine.