La raya, perfecta, separa en dos hemisferios el cuero cabelludo, y el pelo, negro, forma una melena hasta los hombros. Su gesto habitual consiste en colocarse el cabello, que pugna por tapar la cara, detrás de las orejas. Se puede decir de su sonrisa que es un signo de suficiencia, con aires paternalistas, pero no llega a molestar porque goza de cierta autoridad.
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